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Navidad en la Corte

Ya es Navidad en el Corte Inglés. Nos invaden un mes antes. Nos invaden la Navidad, nos invaden la vida. Nos llenan de música, de colores y de luz. Falsa luz, falsos colores y falsa música. Todo es por vender. Nos invaden y llenan de mierda.
Si la vida es ansia y vacío, si la Navidad, fin de ciclo anual, sigue teniendo algún componente de fiesta completa en la que se aúnan alegrías y penas, con capacidad para reforzar tanto el ansia como el vacío y enfrentarnos a lo que somos y a lo que no llegamos a ser, a nuestras posibilidades y nuestros límites; si en la vida y en la Navidad hay algo de vida, ahí está el Corte Inglés para invadírnosla, para arrebatárnosla.
En el Corte Inglés todo está a nuestro alcance y nuestras posibilidades son ilimitadas y están ahí aun para quien no puede acceder a ellas, todo es luz y color, todo, alegría y felicidad, todo lleno, invadido. La sociedad de consumo es así: luz exenta de oscuridad, alegría exenta de penas, plenitud exenta de límites. Pero cuando nos quitan los límites y la oscuridad y las penas y el vacío, con ellas se van el ansia y las alegrías y las posibilidades. Lo que nos quitan es la vida, no nos la matan, la reducen, la banalizan.
No nos la matan, sigue el juego del ansia y el vacío, banalizado, amortiguado. Reducida el ansia a apetencia e impulso al consumo, convertido el vacío en simple carencia de cosas, nuestra vida robada deja de vivirse entre el vacío y el ansia para quedar atrapada entre la frustración del último consumo y la ilusión del siguiente.
Así es el final de año, solsticio de invierno que son fechas de tradicional celebración por estas tierras. Primero la Iglesia irrumpió hace siglos. Hoy, el Corte Inglés y sus derivados ocupan progresivamente su lugar, y el nuestro.
Lo más dramático que guardan estas entrañables fechas, como en la vida real, como en la bolsa, es que los pobres desempleados acabarán haciendo, con sudor en la frente, realidad los sueños de los ricos, niños sobre el regazo del Rey de la Corte con su disfraz de puta grima, contratado en precario para hacerles el teatro con esa carta que reclama regalos y no derechos.
¡Qué alegre es la Navidad!, ¡qué triste la vida! en el Corte Inglés.
Colectivo Malatextos 16-12-10

Centenario de la CNT. El movimiento libertario en Navarra

En este año que se acaba se cumplen 100 años del nacimiento de la CNT, la Confederación Nacional del Trabajo. Surge en Barcelona en 1910 a partir del sindicalismo combativo y autónomo que se encontraba al margen de la UGT y de cualquier partido político. Lo que siguió, el auge del movimiento libertario, la práctica extensa del anarcosindicalismo, las grandes figuras, la salvaje represión, etc, es ya conocido y forma parte de una cierta épica que conviene superar de algún modo, aunque sin olvidar ni renegar, si lo que pretendemos es ser una fuerza de presente y de futuro.
No fue precisamente en la católica y tradicionalista Navarra de aquel tiempo donde se forjó el nacimiento de este movimiento, pero lejos de lo que algunas personas puedan pensar, lo libertario ha tenido su arraigo histórico en estas tierras antes de que sus militantes, junto a socialistas, republicanos y nacionalistas, empezasen a llenar las cunetas. El movimiento campesino por la defensa de las tierras comunales desde finales del siglo XIX , tal y como nos explica José Miguel Gastón en su obra “Vivan los comunes”, resultó ser una fértil antesala en la que pudieron arraigarse las sociedades obreras que luego darían paso a la CNT y a la UGT. Así, en los años 20 y 30 hay presencia de sindicatos de la CNT en más de una docena de localidades navarras. De su actividad sindical deja buena constancia Emilio Majuelo en su libro “Luchas de clases en Navarra”, (1931-1936). Hubo acontecimientos y proyectos destacados, hoy poco conocidos, que hablan de esa realidad. Su recopilación y descripción se la debemos principalmente a Juan Jesus Virto Ibañez y, entre otras cosas, podríamos destacar: la huelga de 1920 en las azucareras de la ribera, la proclamación del comunismo libertario en 1932 en Mendavia, la participación en la insurrección de 1933, el activo Ateneo Libertario “Libre Acuerdo” de Allo, mítines, detenciones, clausura de locales, la detención y juicio en Navarra del a posteriori ministro cenetista en el Gobierno Republicano García Oliver,...
Si bien en Navarra hubo presencia organizada, ha sido más destacada y más notable la aportación de figuras relevantes en el mundo ácrata, casi todas conocedoras del anarquismo por haber viajado a Barcelona, Argentina o a París: Gregorio Suberviola, miembro del legendario grupo “Los Solidarios”, junto a Durruti y Ascaso. Miguel Yoldi, el librero de la bajada de Javier que llegó a ser secretario General de la CNT y que acompañó a Durruti en sus últimos días de vida. Aurelio Iñigo, quien impulsó el Ateneo “Libre acuerdo” en su Allo natal, convirtiéndose esta localidad en un hervidero de ideas libertarias. Vicente Moriones, que pasó a luchar en la Resistencia en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Honorino Arteta, cenetista que fue acordeonista de la peña La Veleta, impulsora de la actual vestimenta de sanfermines, que fue superviviente de los fusilamientos de Valcaldera, tras lograr huir herido. Mucho más cercano en el tiempo, Lucio Urtubia, el anarquista que puso en jaque al poderoso Citibank. Entre las mujeres, sin apenas presencia en la militancia organizada pero sí y mucha en la anónima actitud cotidiana, destacaríamos a Blasa Roncal, de Allo, que al ser tempranamente detenida, tras el golpe militar del 36, se enfrentó valientemente a quienes la intentaron violar y después la mataron.
Galo Vierge, cenetista pamplonés, nos dejó un tesoro escrito con su libro “Los culpables”, en el que nos ofrece un relato de cómo acontecieron los hechos en la Iruñea del 36, totalmente alejada de la versión oficial, la versión de quienes se impusieron con las armas y la represión. Refleja también su propia experiencia personal y militante, a través de la cual somos capaces de conocer los rasgos que definían al militante de la CNT de aquella época: honestidad, generosidad, inquietud constante, el gusto por la difusión de las ideas y de la cultura,... Este mismo perfil es el que la familia del fusilado lakuntzarra, Lázaro Alegría, nos transmitiría en el homenaje que le hicieron hace pocos años en su pueblo natal, o el que se puede extraer de los relatos que el contradictorio estellés Juan Satrústegui hace de sus experiencias en círculos cenetistas y faístas de Tierra Estella.
El exilio y el asesinato de cenetistas durante la guerra civil, borraron durante décadas, los grises años del franquismo, los colores rojo y negro de la geografía navarra. No será hasta finales de los años 70 cuando se comienza a reunir de nuevo un grupo clandestino de la CNT en los locales de las Canosianas de la Txantrea. Más tarde se conseguiría un local en la calle Jarauta gracias a la aportación económica de cenetistas navarros exiliados en Francia. En ese momento ya participaban decenas de afiliados y afiliadas en el sindicato, con el entusiasmo de trabajar por impulsar la nueva CNT.
No obstante, la refundada CNT navarra no será ajena a los efectos de las maniobras político-policiales que lograron mermar la influencia del anarcosindicalismo, como el caso Scala (Barcelona), ni a los cismas internos, que se dieron en el resto del estado. El resultado fue una importante merma en su actividad y proyección. De aquel núcleo de la calle Jarauta surgirán lo que hoy son la CGT y la CNT navarras. Siguieron trayectorias muy distintas, pero reclamándose ambas de un mismo origen y aspiración libertaria, en su afán de ir reconstruyendo su alternativa.
Tras la dictadura, no es sólo en el ámbito sindical en el que vuelven a tomar forma los valores libertarios. Sin querer patrimonializar ningún movimiento, pues nada habría más alejado de la realidad, sí que parece apropiado resaltar que los principios antiautoriatarios, asamblearios, antimilitaristas y autogestionarios del anarquismo, han tenido peso y presencia en importantes luchas que se han dado en Navarra como la de la insumisión o la okupación, así como en colectivos ecologistas antidesarrollistas, en distribuidoras anticomerciales, radios libres, iniciativas anticarcelarias, etc, o en el propio movimiento punk y fanzinero, que tanto auge alcanzó en los años 80. Además se han formado a lo largo de estos años distintos colectivos de carácter ácrata, efímeros muchas veces, como Izar Beltza, Disidenteak Betiko, Iniciativa por el Descenso Electoral, Panktera Rosa, Herria, Rosa Negra, Subeltz, Sorginkale Banaketak ...
Hoy, en una sociedad muy diferente a la de los años 30 y a la de los años 80, en la que el individualismo y el consumo son el exponente de la vida social, en la que la inmigración nos ha acercado la cruda realidad que nuestro “bienestar” genera en el resto del mundo, mantenemos con mucho esfuerzo nuestra presencia y nuestro discurso en el ámbito sindical, social, divulgativo o de la recuperación de la memoria. Aspiramos a contagiar el sueño libertario que nos dejaron militantes de antaño, alcanzar una sociedad más horizontal, igualitaria, libre y autogestionaria. El cambio social, preconizado en aquellos tiempos tan duros, se hace hoy más necesario que nunca, en un mundo desigual, infeliz, competitivo y desarrollista que condena a la miseria a la mayor parte de la humanidad y que va destruyendo el planeta. Nos queda encontrar formas de pelea más adecuadas y eficaces, acordes con la actual coyuntura social, ecológica e internacional. En esas estamos, en esas seguimos, intentando despejar las negras tormentas.
Colectivo Malatextos 1-12-10

Tiene pelendengues lo del paro

Tiene pelendengues lo del paro. Mi padre se levanta a las cinco de la mañana para ir a currar a la fábrica, mientras que yo me quedo en la cama cansado de no encontrar trabajo y convencido de que aunque lo intentase tampoco hoy me saldría nada. En esta situación la cama es un refugio en el que desaparecer para que no te vean parado y parásito, también para adormecer mi frustración.
Yo busco trabajo: pregunto a los colegas que curran, me doy vueltas por las ETTs y echo currículos en donde dicen que van a coger gente, pero todo es inútil, no debo tener suerte. Cuando puedo me apunto a algún curso, me cogen en casi todos y parece que mi situación se alivie. He hecho unos cuantos, ya se yo que no sirve de nada, pero estar haciendo un curso es otra cosa, parece que estés haciendo algo, tienes qué contestar cuando alguien te pregunta y en casa la incomodidad se alivia.
El “jodido” de mi hermanico es otra cosa: se ríe de mis cursos –“a este paso dentro de cien años vas a tener un futuro prometedor”-, se ríe de mi padre –“no estará el viejo pensando en jubilarse, tal y como está la vida”- y sabe engatusar a mi madre de la que saca para ir tirando. Desaparece de casa en cuanto puede y, además, el muy “jodido” liga. Es un sobrao.
Por la noche mi padre me pregunta qué he hecho y se desespera de los resultados. Me dice que no valgo para nada, yo a él, que con las horas extras me está quitando mi trabajo, y él, que con las horas extras me está dando de comer y que gracias a eso puedo vivir.
¡Vivir! Sobrevivir no es vivir, vivir debiera ser otra cosa: un algo que hacer, un camino que se abra, tener planes realizables… tener opciones y algún grado de libertad para ejercerlas. Eso depende de ti, me dicen, y es verdad, pero una verdad que no nos sirve a cada uno de los cinco millones de parados, que no nos sirve a ninguno. Hay una situación que nos sobrepasa a cada uno, que nos viene dada, que se nos impone: no hay trabajo. No hay trabajo para mí y, de paso, no hay casa ni autonomía ni futuro ni posibilidades. No hay vida.
En la sociedad de la permanente oferta, de la propaganda comercial, de la promesas de los políticos, de las luces de colores, de los escaparates luminosos, de las grandes superficies, de los pisos que crecen como setas… en la sociedad de la abundancia la situación está negra y no deja de oscurecerse. Nos la oscurecen otros y hacen que nos la oscurezcamos nosotros: mi padre con las horas extras, yo resignándome al paro, mi hermano pasando de todo.
¿Irá la solución por caminos distintos a los que andamos? ¿Se podría vivir repartiendo lo que hay, los trabajos y los recursos? ¿Viviríamos mejor o peor? Tendré que hablarlo con mi padre y con mi hermano, con los colegas y con todo el mundo. Me da que eso sí depende de nosotros, depende de mí.
Colectivo Malatextos 23-11-10

Las txistorras de Don Odon

Dicen que, Don Odón de Eulate de la Iglesia, aunque me lo invente señor linajudo donde los haya, estuvo comprando cantidades gastronómicas de txistorra en la carnicería de los hermanos Larragueta, asunto que, “para nada” se encuadra con el tema que nos ocupa, pero que me va de perlas para cuadrar este glorioso discurso que lo es, con el noble título que bien merece.
Con buen gusto y decencia, el pasado 29S las y los trabajadores de este nuestro idílico estado del bienestar, idílica su buena vida cuando a falta de pan panderetas, ejercimos el derecho a la huelga, todavía resuenan los ecos triunfales de aquella jornada de memorable lucha que, por desgracia, conlleva un estimable descuento salarial que, por teología y geometría, debemos recuperar. Fieles a nuestro espíritu concertador, pactamos con el patrón esas horas, esas y las que hagan falta; porque meter horas no es robar el trabajo a nadie, porque meter horas es ante todo comprarse to’ lo guay que anuncian en la tele, cosas como la play, así es como se juega.
Servicios los máximos, huelga decir, porque meter horas es el acto más solidario, por nuestros hijos, por todo lo que hay de material para ellos, a cambio de no verlos crecer, ni falta que hace, porque la fábrica es nuestra casa, la escuela la suya, que agoten también sus horas en actividades extraescolares, que se agoten hasta que les piquen los oscuros golondrinos, así aprenderán los muy pillastres a bregar el tajo como Dios manda.
Las horas son motivo de siniestralidad laboral. Nada más lejos de la realidad. Meter horas es el adiestramiento que nos hace ser magníficos en el arte del trabajo, que nos hace ser más prósperos y así, así sí, comprarnos la suspirada play en las rebajas (laborales) del Corte Inglés, poder llamar a los videntes de poderes para anormales que desfilan por la TDT, o llenar el buga de carburante para no llegar a ningún sitio, tal como presagió el vidente al que un televidente telefoneó.
Así pues, meter horas es ser solidario con los parados, desamparados como Ignatius quien venció con gallardía su flojera crónica, la competitividad fue su estímulo, la competitividad, que no tiene límites, falta que bien nos hace a los súbditos del Borbón, pues lo dicen los economistas, los más sabios del tablero, tan sabios que son los más listos, tanto que debes quitarte el cucurucho de la cocorota en señal de reverencia si tropiezas con uno de ellos.
Sea pues, a renovar Nueva Orleáns, construyamos los anales más fecales de la historia, porque queremos trabajar, y mucho, y así cada día despertar entre algodones, como esclavos de plantación, cantando bluses para Odón.

Colectivo Malatextos 21-10-10

Un cuento foral

Érase una vez, en una tierra foral muy lejana, una tribu conocida por todos como los sinconciencia. Fuertes, modernos, progresistas y trabajadores, muy trabajadores, vivían apesadumbrados porque nadie, salvo los sumos sacerdotes de su tribu y sus familias, parecían darse cuenta de su valía e irremplazabilidad. Cuando trabajadores de otras tribus reclamaban mejoras en sus condiciones laborales, éstos, los sinconciencia, les acompañaban, para que dentro de un orden, sus vecinos pudieran gritar, patalear, frustrarse... rodeándolos con sus armas a modo de protección y hacerles sentir mejor, más seguros. Siempre se daba el caso de algún incontrolado que saliéndose de todo orden y concierto, tiraba papeles al aire con las reclamaciones de su colectivo; o aquellos otros, que se empeñaban en pegar carteles en las paredes para hacer visible su descontento; qué decir de los trastornados que se concentraban en número superior a veinte o con consignas que cuestionaban el poder y a los sumos sacerdotes... Esto era demasiado para los pobres sinconciencia, que sufrían al verse obligados a perseguir, vigilar, denunciar e incluso golpear a más de uno de estos locos, que para más "inri", ni siquiera agradecía el gesto. Pero su estoicismo les impedía alardear de su importantísima misión; más al contrario, desviaban la atención en un ejercicio de modestia, destacando actuaciones pequeñas como el rescate de mascotas y niños, el auxilio de ancianos, la atención al turista...
Pero un día, los sumos sacerdotes que regían los designios de los sinconciencia, decidieron que una raza así, ejemplar por su servidumbre voluntaria y su gusto por la buena vida -esa que se traduce en dinero y se materializa en el consumo de todo lo que tenga precio y sea moderno- no requería de tanto privilegio, sino en todo caso, equipararse a otras tribus cuyas atribuciones eran similares, y que cumplían bajo un régimen disciplinario más severo, con igual celo pero a menor coste, las órdenes que se les dictaban sin rechistar. Aplicaron la ley del mercado: cuando eran pocos los sinconciencia, las condiciones laborales eran el cebo para captar a más. Ahora, la situación había cambiado y ya constituían un número suficiente como para ir retirando las ventajas.
Los sinconciencia no daban crédito. Ellos que tan fielmente habían seguido las instrucciones de sus jefes; ellos que hacían cumplir las normas con precisión obsesivo-compulsiva; ellos que incluso habían renunciado a empatizar con sus vecinos, por la incapacidad de éstos para entender su importantísima misión en este mundo, se veían despojados de todo privilegio y tratados como meros perros guardianes.
Entonces, comenzaron a sentirse indefensos, con unas expectativas de futuro alejadas de lo hasta ahora vivido y... con menos días libres; comenzaron a sentir la injusticia, esa misma que otros vecinos habían sentido antes, y que ellos controlaban a través de la siempre socorrida legalidad y alguna que otra necesaria amenaza o coacción; las normas que ellos hacían cumplir de la forma que fuera necesaria, se mostraban insuficientes para dar una respuesta a su nueva situación. Gritaron, patalearon, se frustraron... a compañeros suyos de otras tribus se les encargó, que a modo de abrazo fraternal, los protegieran para hacerlos sentir más seguros. No hicieron falta persecuciones, vigilancias, denuncias ni golpes. Los sinconciencia creían en la ley y el orden, eran buenos ciudadanos, ellos no lo merecían. El susto y el descontento inicial, dieron paso a la apatía que fue, finalmente, rubricada por la aceptación. Y es que los sinconciencia creían en la ley y el orden, eran buenos ciudadanos, asumían la responsabilidad de protegernos aunque muchas veces, por proteger sus privilegios y por la dichosa obediencia debida, debían actuar contra los trabajadores. "Yo sólo cumplo ordenes". Muy a nuestro pesar, ninguno cambió de oficio, y siguieron siendo felices y comieron perdices (se cuenta que alguno de ellos, se compró hasta un unifamiliar y un coche grande... ¡qué cosas!).
Colectivo Malatextos 14-10-10

Greba, huelga decirlo


Hay animales que el miedo les paraliza, corderitos.También los hay como el gato que bufan cuando presienten la amenaza, que pelean los quijotes panza arriba, pero todas, sabia es la naturaleza, disponemos de mecanismos empáticos, mecanismos que amén de proteger a los teóricamente débiles, pues ellos aportan mucho más de lo que nuestro imaginario se imagina, nos hacen sumar fuerzas, realidad que echa por tierra el darvinismo social impuesto como dogma ateológico-liberal.

Pero ese mecanismo empático, por profundísimas razones que el tintero no me da para pincelar ahora, acarrea un letargo obsceno.Los estamentos del sindicalismo oficial, sin identidad ni discurso, apuestan por el crecimiento, asumen y no cuestionan el capitalismo, la más anacrónica de las ideologías.Para esta convocatoria de Huelga General, puede ser una buena excusa y oportunidad, animamos y respaldamos a sus bases, a sus voces críticas que las hay, que dejen el miedo a un lado, corderos, gatos y gallifantes, monten su rebelión en la granja que echen los cerdos de sus poltronas y a los lechones que están por llegar trepando como puercos.

En ese camino nos encontraremos, vosotras y nosotras, las señaladas como antidesarrollistas, pues hoy más que nunca debemos sumar fuerzas, transformemos ese nuestro miedo en desafío, porque la historia se repite como el gazpacho, porque ahora, como en 1929, el fascismo asoma, disfrazado para esta ceremonia de social-democracia, valga el ejemplo de Francia cómo se va de rositas enviando al circo rumano a los leones, esos depredadores que atacan la manada, los gitanos los primeros.

Nosotras, como Colectivo Malatextos, apoyamos la Huelga General del 29S, y acudiremos a la convocatoria del bloque alternativo a las 11h en la Plaza del Vínculo, con ánimo y porfía de compartir esfuerzos en pro de la lucha sostenida, por el cambio climático social.

Colectivo Malatextos, 14-9-10

LA REALIDAD SUPERA A LA AFLICCION



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Seguro que ya están preparando la película, taquillera y rentable, por descontado dado que el Marketing, la economía y la política se llevan bien y, últimamente, requetebién.
Treinta y tres mineros permanecen con vida tras ser sepultados, hace semanas ya, en la chilena mina de San José, en Copiapó. Hasta ahora la siniestralidad minera, en cualquier latitud del planeta había sido objeto de denuncia y suscitaba el apoyo y solidaridad para con los afectados. Hoy esto ya no sucede. Los mineros y su tragedia, en lugar de víctimas, son protagonistas de la telerrealidad, ocupando muchos minutos en los informativos, sin atisbo de un dolor sincero por parte de la audiencia. Pero por más que nos muestran imágenes, por más que nos “informan”, nada sabemos de sus derechos laborales, de las medidas de seguridad existentes (o ausentes) en la mina, ni de los accidentes previos, que los ha habido recientemente, uno de ellos mortal. Tampoco parece que nadie demande esta información ya que lo importante parece ser la atractiva trama peliculera que ha surgido. Tenemos todos los elementos: de banda sonora, el himno nacional de Chile; los buenos, el Gobierno y sus equipos de rescate; los secundarios, los mineros; los extras, sus compañeros y familias; el final, previsiblemente feliz, es decir acrítico y todos sobreviven, dando lugar a emotivas y televisivas escenas de abrazos y llantos.
Da pena ver en qué pretenden convertir, a veces con mucho éxito, a los parias, pues a la explotación laboral se le ha sumado la mediática. Como resultado, una alienación superlativa. Para combatir estas maniobras es bueno tener memoria y podríamos recordar cómo en 1907, en tierras chilenas, Iquique, sucedió la matanza de un millar de obreros del salitre que luchaban por sus derechos laborales ante la prepotencia y crueldad de Gobierno y empresarios. Fueron masacrados pero nadie les pudo robar la dignidad de sentirse explotados y protestar por ello. Hoy, en su país, de la injusticia han hecho una virtud y la gestión del rescate cierra la boca de la denuncia y presenta como salvadores a quienes no hacen si no precarizar y manipular.
Hoy, en todo el mundo, se da el mismo escenario que en la mina de Chile. Millones de personas afrontan una situación desesperada de salud, hambre, guerra o pobreza. El tiempo juega en su contra. Se conocen, de sobra, las causas. Se podría actuar tomando medidas acordes. Todos somos testigos, tal vez cómplices y lo vemos en el telediario, pero ¿alguien va a hacer algo?
El 29 de septiembre se ha convocado una Huelga General para todo el estado español, pantomima de quienes amarillean, apuesta fuerte y comprometida de quienes pelean. Podemos asistir al espectáculo de ver cómo se nos van sustrayendo derechos día tras día o podemos intervenir con los medios, formas y discursos que cada cual considere. La dignidad, esa que sobraba en Iquique, al igual que la libertad o la solidaridad las quieren convertir en meros condimentos de un guión televisivo, pero también podemos ejercerlas y truncar así su macabro “Fin” para imponer nuestro esperanzador “continuará...”

Colectivo Malatextos, 3-9-10

Retrato de nuestra clase obrera


Hasta harta de hachís la doce, te recita el once de memoria, así es nuestra alienación, nacionalistas fronterizos berreando por la tele el día de la celebración, berreando a trompicones con vocabulario de niño chico imposible de entender, cabeza tras cabeza que se sucede y marea mi cabeza, agitación motriz como de pollos sin cabeza.

Nacionalistas fronterizos los de la doce, cuya estirpe es la del Trece, Alfonso Rey de los bastardos, antecesor biológico y no genealógico de tantos españoles que sueñan con su tamagotchi-pulpo ya a la venta, adivinando los catorce sin cantarles nadie las cuarenta. La legión de Andresitos y Andresitas que calculo vendrán de signo Piscis, vendrán y no tendrán su cheque-bebé, pero sí el futuro incierto del fin de la social-democracia que precede la era de Acuario, donde el pulpo es el rey, el azar la salvación.

Me da coraje el trabajo que cuesta movilizar a la sociedad para llevar a cabo una Huelga General que fracasa más otra que también fracasará, mientras, de forma espontánea, salen millones en torrente a la calle para festejar el triunfo de esta panda de vagos que en los 90 minutos sólo se les ve correr cuando celebran el gol.

Así pues, la próxima eurovisión, porque estamos que nos salimos Manolo, pues con Goles son amores, serás el campeón. Así es el síndrome del pingüino, querida muchachada, pájaro bobo lo llaman, porque asiste plantado al apaleamiento de su hermano mientras espera impasible su turno a pecho palomo, como el niño chico a los chuches.
Colectivo Malatextos 21-7-10

Preocupación, miedo y derrota total

-->Cuando el Gobierno se puso a hablar de reforma laboral empezamos a preocuparnos seriamente, ya que la trayectoria en política económica de éste oscila entre lo populista y lo neoliberal. Entonces se inició el diálogo social, y de la preocupación pasamos al miedo atroz, ya que lo que nos dice la experiencia es que cuando las élites del Gobierno, empresarios y sindicatos oficiales se reúnen, surgen las peores medidas para quien se gana la vida trabajando, se ha jubilado o está en el paro. Pero cuando la Reforma Laboral pasa al Parlamento para su debate y modificación a través de enmiendas de los distintos grupos, la sensación es de derrota total. No tenemos ninguna confianza en el arco parlamentario. Las derechas y las supuestas izquierdas se confunden continuamente, escorándose éstas últimas a la diestra, con posicionamientos siniestros: ayudas a la banca, plan E, plan de ajuste, .... reforma laboral.
Como el micromundo en el que vive la clase política tiene poco que ver con el nuestro y sí mucho con la macroeconomía, poco defienden los intereses de trabajadoras y campesinos y nada o a la contra, los de los sectores más desfavorecidos e ignorados: inmigrantes, presos, sin techo, trabajadoras del sexo, currelas de la economía sumergida... Así que de nada sirve esperar a que sus propuestas nos coloquen cada vez más al margen, a que se pauperice la sociedad a base de vaciar de contenido todo lo público y universal, todo derecho social.
Sólo nos queda tomar la iniciativa, tomar parte y dar un paso adelante. Organizar una respuesta colectiva y reconstruir la red social, roída ya por el consumo y el individualismo, que sostenga nuestras caídas en tal largo y difícil equilibrio. Esa respuesta es hoy, la Huelga general. Está en nuestra mano, no en la de alejados órganos de poder. Requiere contagio y boca a boca, no ostentosas campañas mediáticas. Exige convencimiento y firmeza, no vaguedades y posicionamientos a la galería con discursos vacíos y dilatantes. Seamos sujeto y no objeto, vayamos a la Huelga General el 29 de junio.
Si ese día conseguimos una respuesta contundente, la posibilidad de contagio a más sectores y a más territorios logrará preocupar seriamente a Gobierno y empresarios. El reto será que después pasen al miedo atroz y de ahí a la sensación de derrota total. Su fracaso es el éxito del reparto de la riqueza y de la justicia social.
Colectivo malatextos. 23-6-10

El Poli Díaz Vs. súbdito ecuatoriano


Según me informan expertos imparciales, el célebre video de la presunta agresión llevada a cabo por los cuerpos y fuerzas de seguridad del municipio está manipulado digitalmente. Llevan razón, la policía jamás haría algo así. El deber del agente es perseguir al delincuente, nunca delinquir. Basta de vilipendiar tan noble y acrisolada profesión, pues delincuentes se encuentran en otros gremios y no en la policía. ¿Acaso alguien conoce casos de traficantes, violadores, maltratadores o parricidas que pertenezcan al cuerpo?

Además, los ciudadanos avalan este nuestro modelo de seguridad integral como demuestra la reciente consulta llevada a efecto en el barrio de La Milagrosa. Quieren cámaras, no delincuentes. Quieren cámaras en las calles, no en las dependencias policiales y, como solución final, permítanme anticipar, querrán otras cámaras que parezcan duchas y no farolas, para fin de la delincuencia y el hurto, pues no cabe objeción moral alguna para la propiedad privada, ni con la excusa de la crisis.

Esos del SOS Racismo, la verdad, envidian a los agentes porque están cachas del sudar la camiseta del perro con casco damero, por eso han perpetrado el contubernio. Los envidian al igual que algunos de sus compañeros de cuerpo no tan cachas, esos que no paran de filtrar presuntas irregularidades en el seno de tan noble y acrisolada institución, sin dar la cara como si les tuvieran canguelo. Pamplonicas, no se asusten del señor de la barra y pidan sin miedo una de croquetas, Roquetas de Mar en la Rotxa. ¿Lo recuerdan?
Colectivo Malatextos. 11-6-10

EH...two points


“El instinto de rebelión no ha muerto nunca. Puede ser que sea tiempo de que el anarquismo sea pionero en Euskal Herria”.
Asel Luzuriaga “Boceto de un posible anarquismo vasco”.
EH…TWO POINTS.
No andaré con ambages: no veo en qué medida o cómo, la creación de un estado vasco nos puede traer la Justicia Social si no rompemos antes con las ataduras de un sistema económico criminal que se sitúa por encima de soberanías estatales, que pulveriza las relaciones sociales, que ha mejorado con creces las técnicas de omnipresencia del mismísimo dios, y de un sistema parlamentario burgués, en el que los partidos funcionan como grandes empresas: a base de campañas de mercadotecnia tratan, en una carrera desesperada, de encaramarse al poder sin atender a más criterios que el del beneficio propio y por supuesto, obviando los efectos de sus maniobras. Claro, tampoco podemos descargar toda nuestra responsabilidad contra estos personajes; alguien los coloca en tan privilegiada situación de cercanía al poder y no sólo eso, sino que nos mostramos preocupantemente escépticos ante otra forma de organización político-económica que no sea la actual, es decir, la de cesión de la gestión de nuestros derechos por personas que no han mostrado la menor aptitud para ello. ¿Existe en nuestro “dorado occidente” un estado que mediante el parlamentarismo representativo haya acabado con la relación de explotados-explotadores? ¿o que priorice el uso en lugar de la propiedad de las cosas?¿Existe alguno que al menos lo plantee? No. No es su prioridad. Ellos gestionan el caos para hacerlo más, cómo lo diría, “llevadero”.
Y en este punto, quiero aterrizar sobre la incipiente creación del famoso polo soberanista. Entiendo y comparto la imperiosa necesidad de terminar con un conflicto armado que ya dura demasiado; entiendo y comparto la necesidad de acabar con las mil y una trabas que se imponen sobre un idioma, el euskera, inconcebible en una sociedad que se autodefine, utilizando el argot económico capitalista, como “desarrollada” (palabrita que por sí sola daría para una colección de textos, por lo mucho que de soberbia occidental encierra…); entiendo y comparto la “jindamilla” que producen los tribunales, policías, grupos mediáticos evidentemente nacionalistas españoles aunque compuestos por ciudadanos del mundo (disculpad la carraspera…), en definitiva, todo un estado, el español, que sobrevive en la mediocridad más absoluta. Pero la creación de otro estado, que recuerdo a quien no lo tenga claro, no va a ser un estado obrero ni nada parecido sino otro burgués, de poco o nada nos va a servir –salvo que una acción hipnótica masiva del gran Anthony Blake (sí, el tipo ese que acierta la lotería a “día pasado”), transforme la actual “paz social” en rebelión, consiguiendo transformar el amor al trabajo asalariado y al consumismo descontrolado de la mayor parte del cuerpo social en fervor revolucionario-.
La patronal seguirá en su lugar; los “estómagos agradecidos” se reubicarán; seguiremos siendo las víctimas de la flexibilidad laboral, de ERE´s, de despidos, deslocalizaciones, subcontratación…; los cuerpos policiales servirán, como en cualquier lugar del mundo y en cualquier época, para reprimir expresiones populares y perseguir “al diferente”; la banca seguirá siendo igual de generosa, al igual que los grandes grupos multinacionales; seguiremos mendigando un trabajo para conseguir dinero y seguir “tirando”… Habrá quien esté pensando: “Joder, con el Nostradamus de los huevos; qué facilidad para echar por tierra el trabajo de muchas personas”. Y no está en mi intención semejante cosa. Mi única intención es dejar negro sobre blanco, que si atendemos a como funciona este mundo ávido de competitividad, beneficio, explotación,… rapiña capitalista en cualquier caso, no podemos ser tan crédulos como para creer que la creación de un estado vasco vaya a suponer una mejora en las condiciones de vida de la clase trabajadora.
Realmente, no sé si requerimos de otra constitución y un himno; lo que la situación actual de ofensiva brutal del capitalismo (encubierta bajo el seudónimo de “crisis”) requiere seguro, en su salvaje labor de homogeneización cultural y económica, es la creación de redes entre organizaciones sociales, culturales,… basadas en el apoyo mutuo, en la igualdad, la horizontalidad; capaces de atraer la simpatía y la comprensión popular más allá de éste o aquel partido político, escapando de la disputa por cuotas más o menos grandes de poder; requiere trabajar a nivel local (empresas, barrios, pueblos, municipios…) a pesar de las trabas que podamos encontrar y de forma auténticamente independiente de instituciones y organismos oficiales, involucrando al mayor número de personas y colectivos (jóvenes, mujeres, inmigrantes, parados, jubilados, minorías étnicas,…vamos, los que soportamos los envites, con mayor o menor dificultad, de este perfecto sistema económico). Juntándonos colectivos dispares, incluso antagónicos, pero con coincidencias a la hora de enfrentarnos abiertamente contra el capitalismo. Ejemplos, como los de la plataforma AHT Gelditu!, las luchas a favor de la autogestión, gaztetxes, presos, ... nos deben servir para agruparnos en las luchas coincidentes, aunque en otras (la propiedad privada, el estatismo, el autoritarismo,…), a esos mismo compañeros de lucha los tengamos enfrente, desde el respeto a la diferencia política.
El pensamiento libertario, por demérito propio en la socialización de su ideología, no consigue penetrar en una sociedad donde parece que más allá de la práctica estatista no existe la izquierda; no hemos sabido históricamente, ni en la actualidad, hacer entender que no estamos en contra de la cultura vasca; muy al contrario, existen elementos puramente libertarios en ella, ya sean el batzarre, el auzolan,… las formas de relación social provenientes del milenario Derecho Pirenaico, etc., de las que podríamos hacer “bandera”, por basarse en relaciones absolutamente horizontales, democráticas y que no implican la creación estructuras estatales. En palabras del escritor Asel Luzuriaga, “[…] Los vascos solamente fueron libres cuando no tenían Estado, y el hecho de crear un Estado (crear el Reino de Navarra) puso la primera piedra para el exterminio de su identidad y sus principios de libertad. […] Hemos dejado la acción a otras ideologías como si tuviésemos vergüenza de ser visibles. Pero el carácter anarquista, el libertario, ha estado muy arraigado en la sociedad vasca.
Por delante, un trabajo ímprovo, tanto de divulgación como de acción real. Si somos capaces de tejer esa red de apoyos; si somos capaces de involucrar a las personas más allá de siglas y partidos; si la gente se siente “parte del proceso creativo” y no sólo como “mansos sufridores”, habremos llegado de forma natural a una convivencia libre, en la que no será necesaria más que la libre adhesión para conformar los grupos humanos que se crean oportunos y bajo nexos sociales y culturales fuertes, mucho más fuertes que los que un estado nos puede proporcionar, ya que el poder como tal, al no ser controlado por ningún grupo humano concreto, dejaría ser el santo grial que todos buscan pero que una vez conseguido a todos cambia. Si existe alguna posibilidad de romper un estado, no seamos tan torpes de atarnos de pies y manos con otro.
1-6-10 Colectivo Malatextos

Chiapas, Realismo trágico

Selva Los del “Ejército de Dios” desplazaban sombras como el vi
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Noche de media luz en la selva de Chiapas. Los "Alas de Águila" desplazaban sombras como el viento a la ceniza por angosturas de tallos en ramas, malas hierbas, sí. Sus tendones como espectros, duros de tajar. Con las intenciones cuajadas en el entrecejo, se detuvieron frente a un cobertizo de mimbres resoplando como caballos. De cabellos desgreñados, una chiquilla se hizo pis al verlos, y sus aguas en torrente trazaron el camino hacia la puerta. Se llevaron a su padre. Con el pecho en tierra, a corazón abierto. A su madre? Otro torrente y un fósforo dieron relumbrón a la hazaña. Febril la cabaña, hacía estremecerse al fuego, que tiritaba de calor, mientras, quienes subían al cielo, creían dejar el infierno, «que Dios os compre el alma», así les dijo el Diablo. Las fogatas se fundían en abrazos por toda la comarca. El éxodo, sin aguardar al alba. Centenares de desplazados a Tierra yerma, por probar la manzana de la insurgencia, que no es otra cosa que pedir alimento, dignidad y respeto.

El Gobierno mexicano, en convivencia con las transnacionales del "ecoturismo" y los ?biocombustibles? que quieren ocupar aquellas tierras, planea, está documentado y timbrado, crear un escenario que posibilite la intervención del ejército federal, matar un pájaro de dos tiros, siendo los paramilitares como avanzadilla la puya del picador que saque el trapío donde no quepan luego aclaraciones a la comunidad internacional.

Cuando el EZLN se alzó para exigir justicia y libertad, se comprometió y cumplió, no llevar a cabo ningún tipo de ofensiva contra el gobierno federal, estatal o municipal. Sin embargo, las provocaciones y hostigamientos han sido numerosos y vanos. Si bien la connotación pueda resultar fantástica, los hechos son reales, la razzia institucional se está intensificando hasta límites ilimitados. Políticos, hagan algo; su posición de privilegio sobre el común de los mortales les obliga. Aunque, como en la casi totalidad de sus acciones, sólo sea por maquillar las malas notas que les otorgan las y los ciudadanos en los sondeos y aunque ya de ustedes poco o nada esperemos.
Colectivo Malatextos 7-4-10

CASO REAL


Domingo por la mañana, mes de febrero en el rastro de Landaben. Rastrean dos municipales la estela de un negro que como un rayo, ha salido con su material al verles. De nada sirve que una chica, con coraje y con simpatía, les increpe ¡dejadlo!¡si no ha hecho nada!. Siguen buscando; no se les ocurriría hacer algo distinto a seguir lo ordenado, aun a pesar de su propia conciencia.
No es para tanto, se dirá, este caso real. No muere nadie, ni el negro acaba salvando una vida, ni hay beso final entre los municipales. No obstante, lo sustancial del tema, nos habla de cómo es nuestra sociedad, de la normalidad cotidiana en la que los clandestinizados tienen que buscarse la vida. Son muchos los derechos que no les asisten, más aún que aquellos derechos a los que la población autóctona está renunciando por desidia, o al menos dejando de ejercer.
No llegué a ver lo que este trabajador vendía pero podrían ser fácilmente copias de bolsos de famosos diseñadores. Estos artículos tienen gran demanda ya que la gente quiere llevar un bolso como el de Penélope Cruz en la Gala de los Goya. Como los comprometidos actores del cine español aborrecen la piratería, se compran los originales, que valen un pastizal. Después lloran y lloran y se comparan con los yankis y casi parecen la pasionaria cuando reivindican su dignidad y su derecho a trabajar. Al tiempo, felicitan al Gobierno por los pasos dados contra la piratería, sin mencionar para nada a los perseguidos manteros ni a su derecho a trabajar. Con de la Iglesia hemos topado. Es curioso que, a pesar de la caspa, Manolo Escobar les pase por la izquierda a toda esta banda de "productivos y ejemplares ciudadanos" con sus declaraciones, en las que ha defendido abiertamente el derecho de los manteros a hacer lo que hacen, es decir, vender en la calle.
El derecho a vivir de quienes no tienen papeles choca con el derecho a vivir de lujo de quienes se reparten esos otros papeles en goyescas películas. En el fondo, muchos somos como los miembros de la academia del cine. La propiedad intelectual, el nivel de consumo, la seguridad ciudadana, salvaguardar la cultura propia, la propia religión, prevalecen etnocéntricamente sobre los derechos básicos y universales al trabajo y a la libre circulación. Estigmatizan con demagogia a inmigrantes con y sin papeles. Ésto se percibe en los centros educativos y sanitarios, en las prisiones, en los Centros de Internamiento incluso en los cementerios en los que reposan los restos de cientos de personas que cayeron al mar.
Pero hay quien cree que las cosas deberían ser de otra forma, de una forma absolutamente inversa. Hay quien cree que se debe despenalizar el Top Manta, que nadie puede ser preso por este motivo, ni por otro motivo derivado de la injusticia social. De hecho ya se ha conseguido el indulto para un mantero condenado a prisión. "Condenado mantero" dirán algunos que ven con económica preocupación que la cosa, muy a su pesar, empieza a cambiar. Para lograr el cambio, la inversión de la ilógica exclusión, hay gentes trabajando y que nos proponen, a lo largo de este mes de marzo, luchar por los derechos de los manteros. El día 13 a las 19 h en la plaza del Ayuntamiento de Iruñea se realizará una concentración para exigir la despenalización del Top manta. Hay que acudir, hay que sacudir.

Colectivo malatextos. 10-03-10

Nos quieren, en el fondo


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Nos quieren, en el fondo
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Hablo de banqueros, empresarios o altos cargos políticos y sindicales. Nos quieren, lo demuestran a través de su pensamiento, palabra, obra y omisión. Por nuestra culpa, nuestra culpa, nuestra gran culpa es por lo que la cosa está como está.
Nos han diseñado una reforma laboral que acabará con el paro (y con el trabajo tal como lo conocemos). Un sistema de pensiones que terminará con el aburrimiento de los 65 a 67 años. Ya están trabajando en Educación, ámbito en el que Bolonia parece sólo un aperitivo. Pronto le llegará el turno a la sanidad, que para nuestro disfrute ya va alcanzando altas cotas de privatización y para mayor regocijo, la posibilidad del “copago” planea en un horizonte cercano.
Día y noche piensan en lo nuestro, en lo que nos afecta:
Piensan revitalizar los pueblos en riesgo de abandono gracias a preciosos cementerios nucleares que traerán prosperidad y empleo (además de nuevas especies de conejo con tres ojos, ¡qué gran regalo a la biodiversidad!).
Por nuestra seguridad, proponen legalizar la cadena perpetua y limitar la libertad para fumar. Con presos tan sanos, las condenas van a ser muy largas (que se jod…, que algo habrán hecho).
Ya no tendremos que aguantar en el Centro de Salud a esos incómodos “sinpapeles”, que van mostrando sin pudor su pobreza y nos ocupan las sillas, porque van a reformar las leyes para que no se puedan empadronar.
¿No es una canallada tener que invertir 3 horas y 20 minutos en ir a Madrid, pudiendo ir en 3 horas a secas?, adelante el TAV, merece la pena semejante inversión y el impacto ecológico-social.
Morosos fuera, bienvenido desahucio express.
Adiós a tener que estudiar otra tediosa lengua, agur euskara!.
Cultura de la buena en el Museo de los Sanfermines, en el Baluarte y en los Civivox…
Todo esto lo hacen por nosotros y por nosotras esta sacrificada gente. Casi no les sale a cuenta, para cuatro duros que ganan. Mientras nosotros, desagradecidos, apenas les vemos la tele ni gastamos en el centro comercial. Y digo yo que algo tendremos que poner de nuestra parte, que siempre estamos pensando en la justicia social y en la revolución y claro, no hay estabilidad.
Por eso, dejando por fin la ironía a un lado, gracias a nuestra pasividad y a su avaricia, claro que nos quieren. Nos quieren en el fondo, en el fondo de la precariedad y el inmovilismo más profundos, sin atisbo de libertad ni de igualdad. Y es responsabilidad únicamente nuestra, de los trabajadores, a través de la organización, cuando menos el no dejarnos arrastrar al lugar que nos tienen reservado, ése donde el trabajo asalariado y el consumo se presentan como las únicas referencias válidas para guiar nuestras vidas; ése que nos presenta la competencia y la flexibilidad como virtud y no como explotación; ese lugar donde cualquier expresión popular, natural y creativa, se ve proscrita en favor de un ocio “gubernamental”… Ahí nos quieren, pero ¿nosotros dónde queremos estar?.
Colectivo Malatextos. 19-02-10