ONGI ETORRI

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POR FIN A SALVO

    Las grandes instituciones filantrópicas internacionales entran en acción. Salvar la Banca es fundamental aunque nuestra ignorancia congénita, a la  propia de los trabajadores me refiero, se empeñe en hacernos ver todo este proceso con cierta inquietud. Y digo “cierta”, porque calibrando los ataques que como clase trabajadora estamos sufriendo, demostramos una escasísima actitud contestataria.
    La clase dirigente, toda esa caterva de charlatanes a tiempo completo que se dedican a exhibir su desvergüenza cada vez que les ponen una “alcachofa” ante sus hocicos, trata de lubricar la realidad de modo que poquito a poco, nos la puedan meter doblada, conscientes de que nuestra reacción no sobrepasará de un bizqueo sorpresivo, de una mueca breve y poco efectiva para salir de su control. Estoy convencido que les hacemos gracia al vernos pasear por las calles por las que previamente nos han autorizado pasear, con nuestras pancartas, con nuestra actitud de romería,…
    Vivimos con miedo, y si enciendes la televisión o escuchas la radio, el miedo da paso al terror. Un terror inducido que nos mantiene aislados; aislamiento que por otra parte practicamos como forma de autodefensa, igual que un crío se tapa los ojos cuando es consciente de que aquello que le asusta, está demasiado cerca y ya no puede escapar.
    ¿Alguien en su sano juicio cree que si las instituciones anteriormente citadas te prestan decenas de millones de euros, no van a pedir las garantías necesarias para su devolución, y más conociendo su forma de actuar a lo largo y ancho del mundo?  El “sheñor preshidente del Gobierno” (en este caso concreto un registrador de la propiedad amante de los puros) de forma cansina y tomándonos por lo que demostramos ser, pedazos de carne asustadizos, repite que el dinero se “preshta” directamente a la banca, que no “eshtamos intervenidosh”, que “Eshpaña” no va a perder “shoberanía”, que no va a haber “másh” “recortesh”, ni "subidash de impuestosh"…
    Todo gira entorno a una enorme mentira, pero nuestra frágil comodidad nos  invita a restar importancia a los acontecimientos que comenzamos a ver con peligrosa claridad. Para crisis, la griega. Todavía no estamos dispuestos a renegar de los discursos referidos al  “desarrollo”, “crecimiento económico”, etc. ya que nuestro deseo inconfesable no son mayores cotas de igualdad y justicia social, sino el regreso a la situación previa a esta crisis. La realidad es mucho más inhumana de lo que estamos dispuestos a reconocer, ya que si le concedemos la crudeza que comenzamos a intuir en nuestro entorno, el de la parte de la clase trabajadora más establecida – es necesaria la diferenciación ya que hay miles de familias que viven la pobreza a diario y que nos negamos a ver cuando no directamente los criminalizamos-, nos vemos obligados a tomar parte, a arriesgar, a poner en juego nuestra pequeña parcela de seguridad.  Y eso amigo es “harina de otro costal”.
    Posiblemente con manifestaciones y concentraciones -absolutamente necesarias y deseables por otra parte- no consigamos mucho mientras nuestra actitud no cambie hacia un mayor compromiso; lo más probable es que resulten insuficientes mientras no entendamos que debemos salir de nuestra falsa seguridad, de nuestras rutinas de consumo y ocio… y ahí debemos hacer una apuesta fuerte por aglutinar cada vez a más personas bajo parámetros que ciertamente, nos sirvan para actuar -en nuestra cotidianidad pero con la mirada puesta en el abandono definitivo del actual modelo desarrollista- y poder indicir en la realidad de una forma más directa. "[...] Si, como productores o como consumidores, acatamos las reglas del juego que impone ese sistema, somos al cabo corresponsables de la lógica de éste. Y estamos renunciando a la tarea de transformar la realidad.” (Carlos Taibo).  Seríamos rematadamente necios si dejamos que los procesos de saqueo y precarización que estamos padeciendo, con nuestra colaboración en mayor o menor medida, avancen en el tiempo. Cuanto más tiempo demos al capitalismo para perfeccionar sus mecanismos de dominación, mejores resultados obtendrá.
    En nuestras manos está cambiar las cosas, ahora toca ponerse a ello y no va a ser fácil. Nadie dijo que lo fuera.


Colectivo Malatextos 20-06-12