Que el aspirante europeo a comisario del
miedo ambiente
responda que tras quienes niegan el cambio climático hay gente muy
poderosa, que hay que neutralizarlos con acciones comunicativas de
calado me parece una tomadura de pelo morrocotuda.
Este prohombre, con más cara que los de Bélmez, es uno más de esos fenómenos
paraecológicos
que tanto debieran preocupar a una población que asiste imperturbable a
la conspiración de los TTIP (Transatlantic Trade and Investment
Partnership), esos acuerdos que están cerrando
en secreto los gringos con el viejo continente, unos tratados que
forjarán esclavos para un mercado libre, que sentarán las bases de
nuestra futura corporocracia de soberanía mercantil, unos tratados que
empiezan a caminar intentando colocar al frente de la
Comisaría de energía y cambio climático a este prohombre por muy
meteoroilógico que nos parezca, a este prohombre que se declara feminista y afín al rollo
trans…génico, a este prohombre a quien le querrán confiar que nos prepare la fractura hidráulica, de cuya deuda ecológica
el cobrador del fracking exigirá el pago a nuestros hijos mutantes en un futuro distópico.
Colectivo Malatextos, 4-10-2014
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