Es sabido que las/los de abajo nunca hemos importado mucho, que
nuestras opiniones no se tienen en cuenta, siempre ha sido así, y
cuando nos hemos revelado nos han callado a sangre y fuego. En el año
73 a.c. los esclavos con Espartaco, su cabeza más visible, se
levantaron contra la “democrática” República Romana. Al general
Pompeyo enviado de Roma no le tembló el pulso y acabó con la
revuelta esclava de la única forma que sabía, con miles de
muertas/os y crucificadas/os. La Revolución Francesa trajo vientos
de “Liberté, Égalité et Fraternité”, parecía que por fin la
libertad y la justicia social se iban a abrir camino en nuestra
sociedad. Este sueño se quebró con La Comuna de París, el fuego de
las armas acabó con las ansias libertadoras de las personas
empobrecidas, la utopía liberal republicana era enterrada y de nuevo
las/los sin voz aparecían como eran a los ojos de la pujante
burguesía, personas sin valor alguno, seres prescindibles. La bolsa
de paradas y marginadas era tan grande que el capital no tenía
ningún problema para sustituir a toda persona díscola con el
sistema capitalista. Se nos valoraba poco más que al tornillo que
sujeta la maquinaria productiva, y sin darnos cuenta un día pasamos
de productores a consumidores. Consumidoras de las mercancías que
nosotras producimos, de los servicios que damos a la sociedad, y
sobre todo, consumidoras de los falsos sueños de futuro inventados
por la élite dominante.
La clase política que hoy gobierna, nos ofrece un nuevo contrato
social, el TTIP. No se nos explica en qué consiste este acuerdo,
creen que es mejor que ignoremos las obligaciones que implica el
TTIP, su negociación es secreta, y durante los próximos 30 años no
se harán públicos los acuerdos. ¿Para qué preocuparnos?, viviendo
en la ignorancia seremos más felices. El TTIP nos obligará a ser
esforzadas trabajadoras, consumidoras compulsivas, votantes felices y
ciudadanas sumisas. Si firmamos este contrato comercial, estaremos
renunciando a gestionar nuestras vidas y otros decidirán por
nosotras, mucho más de lo que deciden ahora. El TTIP es un gran
agujero negro en torno al cual vamos a girar todas las personas,
seremos pequeños asteroides devorados por la estrella muerta del
capitalismo, esa que está a punto de estallar. Nada ni nadie
escapará del ciego mercado, personas, derechos humanos, cultura,
naturaleza… todo será engullido. El TTIP, (junto a otras medidas,
que fomentan y salvaguardan el modelo neoliberal, el militarismo, la
destrucción del medio, el empobrecimiento a través del incremento
de las desigualdades, la estructura patriarcal de la sociedad,...),
es la negación del futuro, pero en este caso no solamente para
las/los de abajo, sino para toda la humanidad. En nuestras manos esta
escribir otro futuro.
Colectivo Malatextos, 5 de diciembre de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario