Solo, en mi cuarto
menguante como la luna que enmarca la ventana. Cansado de ser. De no
tenerte entre mis brazos. Nunca me atreví a decirte nada. Aquel cabrón
de verbo fácil sí lo hizo. Yo, siempre te he querido.
¿Por qué no lo supiste?
-
Pasen por aquí. Éste es el dormitorio. ¿El anterior propietario?
Debía tres meses al banco y desapareció. El día de la ejecución se
encontraron con la vivienda
vacía.
El cartero llama a la
puerta. Le envían del banco. No le abro. Tampoco te abrí mi corazón.
Aquel cabrón de verbo fácil sí lo hizo. El cartero llama dos veces,
tres. Tres meses que les debo del préstamo. Y
tú, me debes el corazón de tu pecho.
- Mira cariño, mira qué muñeco más bonito hay sobre la cama.
Cansado de sufrir, cansado
de sentir, cansado de vivir, me echo a dormir y me sueño con Pinocho que
remonta mecido en una candelilla hasta el vientre de Geppetto. Mi
llama se apaga, alguien me llama y me estrecha
caliente entre sus brazos.
-
Qué suave eres, polichinela. Te abrazaré todas mis noches y te daré mi
corazón, pero primero deja, deja que te quite esta lagrimita de los
ojos.
Para quienes nos dejaron en
el camino. Este sábado no faltaremos a las 18h en la Plaza del
Castillo. Contra el genocidio bancario. Que se hundan y devuelvan
nuestro rescate.
Colectivo Malatextos. 12-02-13
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