Si la imagen de los altercados tras el partido del pasado 5 de Abril en Bilbao hubieran sido contenedores ardiendo, hubieran sido con toda certeza portada en todos los diarios, motivo de tele-tertulias de moral ilustrada, y puede que hasta nuestra Yolanda Barcina se hubiera trasladado hasta alguno de los extintos contenedores para hacerse una foto pública más. También los medios, habrían arrojado el balance de heridos de siempre, el doble o triple de policías contusionados que civiles, como siempre. Pero la imagen fue otra, y la prensa apenas se hizo eco, mientras el cerco de las evidencias apuntaba cada vez más cerca a un tiro a bocajarro, por un encapuchado violento. Resultado: un muchacho asesinado por un policía y una familia destrozada. Salvo la prensa local, silencio mediático.
Silencio mediático.
Todo lo contrario respecto a los disturbios de Barcelona en la pasada
huelga general, con los antisistema quemando los contenedores donde
los excluidos del sistema buscaban dignamente su comida, y los medios
echando gasolina al fuego, porque es lo que el consumidor demanda, y
lo que se demanda es lo que se vende, y lo que se vende es basura, y
los contenedores se queman, y el eco de una huelga participativa como
antaño acaba en humo.
Tertulianos. Los
tertulianos de moral ilustrada se escandalizan por nuestra imagen
como país por los disturbios de Barcelona, pero no les avergüenza
como nación el uso de pelotas de caucho macizo disparadas a 720 Km/h
como práctica policial, práctica prohibida en todos los países de
la UE salvo España y Portugal, que la UE exige a nuestras
autoridades retirar desde hace años sin respuesta alguna, todo lo
contrario si lo que piden de Bruselas son recortes.
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