El 12 de Diciembre se reunió el parlamento vasco, allí se oyeron las propuestas de los dos candidatos a lehendakari, Urkullu se alineó con el neoliberalismo, la propuesta de Mintegi fue mas popular. Nada nuevo sobre el horizonte.Estaba comiendo, mientras veía la información que sobre el acto daba la periodista de la ETB. De pronto, por encima de las palabras de la locutora se oyó un petardo, afuera, en las calles de Vitoria-Gasteiz. La presentadora nos informa que las trabajadoras de varias empresas vascas que están en crisis están realizando una concentración a las puertas del parlamento. Explota un nuevo petardo y se oyen las exigencias de las trabajadoras. Incansablemente, con rabia, a los reunidos para escuchar la chapa de los candidatos, se les hace saber que “menos promesas y mas soluciones”. Parece ser que a sus señorías no les gusta escuchar las justas peticiones de las trabajadoras y poco falta para que la ertzaintza cargue contra las allí reunidas, por fortuna la concentración acaba sin incidentes y las compañeras siguieron con su manifestación por las calles de la ciudad.Al día siguiente, leí la crónica de todo lo acontecido en Gara. Había un amplio reportaje y una de las fotos que acompañaban la información me llamo la atención. Se veía a Mintegi abrazada a una huelguista y a su alrededor cuatro o cinco compañeras aplaudiendo el gesto de la candidata a lehendakari, todas felices y riéndose. La fotografía elegida por el diario Gara ha conseguido que nos quede claro que Laura Mintegi hace suyas las peticiones de las trabajadoras y éstas confían plenamente en ella. La coalición Bildu tiene motivos para estar satisfecha, su candidata ha podido competir con Urkullu y nos han dejado claro, en una época en que la imagen manda, que los representantes de todas las trabajadoras vascas son ellos.No sé, pero tengo la sospecha de que somos muchas las que hoy en día no nos fiamos un pelo de los políticos, y si no es así, por mal camino vamos. Hace mucho tiempo asistimos inocentemente al engaño del PSOE. Otras fuerzas de ”izquierdas” han seguido caminos parecidos. Ya es hora de que despertemos, el futuro lo vamos ha construir nosotras, las trabajadoras. No necesitamos tanto juego parlamentario y sí más organización y participación desde la base. Seamos personas libres y creamos solo en nuestra fuerza y auto organización.
ONGI ETORRI
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El 12 de Diciembre se reunió el parlamento vasco
Sodoma y Camorra
No es casualidad que por estas gañanías campen a sus anchas mafias de todo pelaje, las chinas, las rusas, la camorra the Las Vegas. También las empresas del IBEX, pues a ocho de cada diez parece que se les extravía la panoja por paraísos fiscales. También el “Cartel de la Banca”, que cuenta en sus filas con los peores matones en métodos de coacción, ahorcando o arrojando por la ventana según les salga cara o cruz, a las pobres víctimas de la usura.
Si traen parné... que se queden
¿Trabajadores o forofos?
Cuéntame... qué pasará.
Felicidad
26S: Huelga por la vida
Soy absolutamente consciente del error que supone dejar pasar la vida, pero en mayor o menor medida, lo hacemos. Dejamos pasar la vida y la puñetera corre que se las pela, cuando nuestra obsesión debiera ser tratar de sujetarla aunque fuera a pellizcos. Uno no tiene ni idea de cuándo ni dónde le va a tocar cantar el bingo y, con suerte (Alzheimer mediante), serán esos pellizcos lo único realmente valioso que hayamos conseguido vivir antes de hincarla irremediablemente.
Transcurrimos plácidamente asistiendo a un espectáculo que nos han dicho y creemos que es vivir, con distintos grados de aceptación, pero aceptándolo: una vida gris, rutinaria, metódica y artificialmente iluminada. Puede servirnos, pero acabamos nosotros siendo los sirvientes. Nos acostamos entre las 22.00 horas de la noche y la 01.00 horas de la mañana. Si todo va bien, solo nos despertamos medio cansaos. ¡El despertador! ¿Ya? Las 06.30 horas de la mañana. ¡Por lo menos es verano! Como todos los días desayuno ligero, que hemos vuelto a apurar demasiao y llegamos justos. Coche, moto, villavesa o autobús. Por los pelos llegamos a la mina y ahí están Luis y Ainara (compañeros de trabajo y, por lo general, buena gente). ¡A currar! El jefe llega más tarde. Sacamos el trabajo como ayer, anteayer, etcétera. No es que nos haga sentir satisfechos, la verdad. El trabajo no es malo, es cierto. Me refiero más a esa frustración de vernos en un sitio donde trabajamos por la necesidad de conseguir dinero, simple y llanamente. ¡Bendito dinero! A todos nos gustaría trabajar y estar satisfechos, contentos por realizar una labor útil que sirva para algo más que para llenar bolsillos, pero sabemos y aceptamos (en muchos casos a la fuerza ahorcan, claro está) que siempre hay alguien al que enriquecer. Ley de vida. Además, sin trabajo, ya sabemos lo que nos espera: la exclusión. Deudas y más deudas. Aguantamos el tirón. Somos afortunados, nos repetimos una y otra vez, sin creerlo demasiado: tenemos un trabajo.
Todo esto ¿tiene algo que ver con los recortes, la crisis-saqueo y las distintas reformas a las que estamos asistiendo con una exasperante normalidad? ¡Hombre! Si no somos capaces de plantearnos otra forma de organizarnos, más justa e igualitaria, que desplace el consumo y el crecimiento económico (pilares fundamentales de nuestra precariedad vital) para introducir el reparto de los trabajos y de los recursos, e intentamos llevarla hacia delante con confianza en nuestras propias ideas y medios, estaremos remando contra nuestros propios intereses, contra nuestra propia vida. Son tiempos de arriesgar, de solidaridad hacia las personas para las que esta crisis no representa ninguna novedad en sus vidas (migrantes, parados, mujeres, jóvenes, jubilados con pensiones mínimas, etcétera) con el convencimiento de que no son necesarias muchas cosas para vivir, siempre que nuestras necesidades básicas queden cubiertas (sanidad, educación, Renta Básica universal, vivienda, etcétera). Porque solo desde la predisposición al reparto podemos exigir reparto y además hacerlo de una forma creíble (todos aportamos en función de nuestras posibilidades, más quien más tiene). Porque no podemos seguir aceptando tanta injusticia mirando para otro lado por más que nos la expliquen como un fenómeno natural sobre el que no podemos incidir y por más que no nos afecte ahora mismo de una forma directa.
Sesudos expertos economistas y políticos nos dicen en cada momento qué podemos y qué no podemos hacer. Cómo debemos hacerlo. Cuándo debemos hacerlo. Vivimos intervenidos en todos los campos de nuestras vidas y si alguna faceta consigue deshacerse de ese control, posiblemente conozcamos de primera mano eso que llaman el peso de la ley.
El 26 de septiembre tenemos una convocatoria de huelga (con todas las deficiencias que queramos buscar y que por supuesto tiene) que debe servirnos para, al menos, mostrar nuestro hartazgo ante tanto robo y atropello. El 26 en la calle debemos mostrar que tenemos alternativas a este sistema depredador y violento, que las queremos materializar y que además no pensamos dejar en el camino a los que más dificultades padecen. Exigiremos justicia social y reparto, porque de otro modo estamos condenados a no saborear la vida, jodida muchas veces, de acuerdo, pero un regalo maravilloso que no podemos desperdiciar lamentándonos continuamente, dejándola pasar metidos en una oficina, una fábrica, etcétera, sin mayor pretensión que poder seguir comprando cosas. El peaje que pagamos es demasiado elevado y lo conocemos: meter alguna hora de más, ver a los críos casi siempre dormidos, no disponer de tiempo para conversar con amigos, compañeros… o reducirlo a meros mensajes a través de una pantalla. Eso no es vivir, no señor. Se llamará de otra forma, pero ¿vivir? ¡No jodas! La vida es tiempo del que disponer gustosa y realizadoramente y, en el trabajo (se puede decir lo mismo del consumo cuando de forma simplista identificamos el poder adquisitivo con la felicidad) no solo nos roban dinero, sino que nos roban el tiempo, la vida. Una vida que no está para desperdiciar oportunidades. Y el 26 de septiembre no deja de ser una más. A ver qué haces. Tic, tac, tic, tac...
Ecce Homo, paralelismos
No es poca cosa cargarse las Cajas, o alargar la edad de jubilación, tampoco llegar a los seis millones de personas en Paro, ni haber hinchado espectacularmente la burbuja inmobiliaria a base de especular hasta que la misma reventó en forma de desahucio.
Compartimos con la población de Borja el hecho de que hasta que no estuvo hecha la pifia, no le estábamos prestando demasiada atención al asunto, siendo así un poco partícipes de esta caricatura social que hoy podemos contemplar. A políticos y banqueros les separa de la entrañable y voluntariosa zaragozana -a la que paradójicamente le faltó maña- su buena fe y su malestar tras ver las consecuencias de su mala decisión. Basta con recodar la estampa de Don Rodrigo dando explicaciones en el Congreso, tras haber cosechado un balance tan desastroso con su gestión al frente de Bankia, paradigma de la privatización y el despropósito. No pasó tan mal “Rato” el susodicho.
En breve llegarán restauradores profesionales a Borja para hacerse cargo de la situación, tratando de dar forma a eso que ya no es un cuadro, es otra cosa. A su vez, sobre nuestras cabezas acechan tecnócratas, gestores profesionales, que llevarán sin remedio los designios de lo común por el único carril que nos presentan como posible a través de políticas capitalistas que redunden en la acumulación de los menos a costa del empobrecimiento de los más en esto que ya no parece una sociedad, parece otra cosa. De lo dantesco y kafkiano hemos pasado a lo “borjiano”, término que cada vez explica mejor el mundo en el que vivimos.
Mucha audiencia dan todas las chapuzas y mucho revuelo generan en las redes sociales aunque de poco sirve todo esto, hoy por hoy, para arreglar nada. De la audiencia a la acción hay mucho trecho y tendríamos que pensar en cómo pasar de la opinión a la participación, piedra angular de un hipotético cambio social.
Demasiado paralelismo, de manual para lelos, como nosotros. No obstante, a pesar de las muchas semejanzas entre lo pictórico y lo social, hay una diferencia de bulto entre ambos casos, el nuestro no tiene ninguna gracia.
Colectivo Malatextos 30-08-12
POR FIN A SALVO
La clase dirigente, toda esa caterva de charlatanes a tiempo completo que se dedican a exhibir su desvergüenza cada vez que les ponen una “alcachofa” ante sus hocicos, trata de lubricar la realidad de modo que poquito a poco, nos la puedan meter doblada, conscientes de que nuestra reacción no sobrepasará de un bizqueo sorpresivo, de una mueca breve y poco efectiva para salir de su control. Estoy convencido que les hacemos gracia al vernos pasear por las calles por las que previamente nos han autorizado pasear, con nuestras pancartas, con nuestra actitud de romería,…
Vivimos con miedo, y si enciendes la televisión o escuchas la radio, el miedo da paso al terror. Un terror inducido que nos mantiene aislados; aislamiento que por otra parte practicamos como forma de autodefensa, igual que un crío se tapa los ojos cuando es consciente de que aquello que le asusta, está demasiado cerca y ya no puede escapar.
¿Alguien en su sano juicio cree que si las instituciones anteriormente citadas te prestan decenas de millones de euros, no van a pedir las garantías necesarias para su devolución, y más conociendo su forma de actuar a lo largo y ancho del mundo? El “sheñor preshidente del Gobierno” (en este caso concreto un registrador de la propiedad amante de los puros) de forma cansina y tomándonos por lo que demostramos ser, pedazos de carne asustadizos, repite que el dinero se “preshta” directamente a la banca, que no “eshtamos intervenidosh”, que “Eshpaña” no va a perder “shoberanía”, que no va a haber “másh” “recortesh”, ni "subidash de impuestosh"…
Todo gira entorno a una enorme mentira, pero nuestra frágil comodidad nos invita a restar importancia a los acontecimientos que comenzamos a ver con peligrosa claridad. Para crisis, la griega. Todavía no estamos dispuestos a renegar de los discursos referidos al “desarrollo”, “crecimiento económico”, etc. ya que nuestro deseo inconfesable no son mayores cotas de igualdad y justicia social, sino el regreso a la situación previa a esta crisis. La realidad es mucho más inhumana de lo que estamos dispuestos a reconocer, ya que si le concedemos la crudeza que comenzamos a intuir en nuestro entorno, el de la parte de la clase trabajadora más establecida – es necesaria la diferenciación ya que hay miles de familias que viven la pobreza a diario y que nos negamos a ver cuando no directamente los criminalizamos-, nos vemos obligados a tomar parte, a arriesgar, a poner en juego nuestra pequeña parcela de seguridad. Y eso amigo es “harina de otro costal”.
Posiblemente con manifestaciones y concentraciones -absolutamente necesarias y deseables por otra parte- no consigamos mucho mientras nuestra actitud no cambie hacia un mayor compromiso; lo más probable es que resulten insuficientes mientras no entendamos que debemos salir de nuestra falsa seguridad, de nuestras rutinas de consumo y ocio… y ahí debemos hacer una apuesta fuerte por aglutinar cada vez a más personas bajo parámetros que ciertamente, nos sirvan para actuar -en nuestra cotidianidad pero con la mirada puesta en el abandono definitivo del actual modelo desarrollista- y poder indicir en la realidad de una forma más directa. "[...] Si, como productores o como consumidores, acatamos las reglas del juego que impone ese sistema, somos al cabo corresponsables de la lógica de éste. Y estamos renunciando a la tarea de transformar la realidad.” (Carlos Taibo). Seríamos rematadamente necios si dejamos que los procesos de saqueo y precarización que estamos padeciendo, con nuestra colaboración en mayor o menor medida, avancen en el tiempo. Cuanto más tiempo demos al capitalismo para perfeccionar sus mecanismos de dominación, mejores resultados obtendrá.
En nuestras manos está cambiar las cosas, ahora toca ponerse a ello y no va a ser fácil. Nadie dijo que lo fuera.
Colectivo Malatextos 20-06-12
Buenos días, señora o señorita **********:
Miseria y Violencia
Si la imagen de los altercados tras el partido del pasado 5 de Abril en Bilbao hubieran sido contenedores ardiendo, hubieran sido con toda certeza portada en todos los diarios, motivo de tele-tertulias de moral ilustrada, y puede que hasta nuestra Yolanda Barcina se hubiera trasladado hasta alguno de los extintos contenedores para hacerse una foto pública más. También los medios, habrían arrojado el balance de heridos de siempre, el doble o triple de policías contusionados que civiles, como siempre. Pero la imagen fue otra, y la prensa apenas se hizo eco, mientras el cerco de las evidencias apuntaba cada vez más cerca a un tiro a bocajarro, por un encapuchado violento. Resultado: un muchacho asesinado por un policía y una familia destrozada. Salvo la prensa local, silencio mediático.
Renta de Inclusión Social: el Decreto de la vergüenza.
No es cierto que el nuevo decreto vaya a servir para algo más (a los hechos diarios me remito) que para restringir el acceso a una percepción económica, ya de por sí injustamente restrictiva. A lo sumo, su función se centra en hacer la vida más difícil a quienes ya parten con mucha desventaja en esta “pendejada" de existencia, y –además de esa desventaja social- darle una patina que combina la invisibilidad y la sospecha, que sitúa a los solicitantes en el punto de mira de quien ve a las capas más desfavorecidas de nuestra sociedad como una cuadrilla de vagos que disfrutan de la suerte que ellos solos se han buscado, esquilmando los bolsillos de los honrados ciudadanos. Siempre ha sido más fácil atacar al débil. Nadie va a mover un dedo por quien nada te puede dar. Y así nos va como sociedad.
Cualquiera que sepa como ha venido funcionando la Renta Básica desde el 2007, puede llegar a plantearse si esta “vuelta de tuerca” a una ya de por sí raquítica prestación, no supone un deseo velado de que “toda esta gentuza” se vaya a sus países, a esos países de los que un día tuvieron que salir, empujados por la pobreza de allá y llamados desde aquí por ser necesarios en ese momento para nuestro modelo de desarrollo económico.
Pero la corriente es mucho más de fondo. No sólo sobran los inmigrantes; también molestan los pertenecientes a minorías étnicas, las mujeres (madres solteras, viudas,…), la juventud, las personas mayores de 45,… ¡vamos! Todos los que necesitan de los servicios sociales para mantener un peligroso y para nada deseado equilibrio vital, colectivo cada vez más amplio y que irá afectándonos en entornos cada vez más próximos.
Llegados a este punto, es de justicia –social para más señas- plantearse que lo que se está buscando activamente desde los poderes políticos (con el apoyo incondicional de los poderes económico-financieros) es destrozar los servicios sociales, lo público en su totalidad, lo poco que queda del mismo -dicho sea de paso-, haciendo de la precariedad vital una oportunidad para poner en bandeja de plata nuestra explotación por parte de dichos poderes y aumentar el campo de sus negocios. Se busca el desmantelamiento, la desprotección social absoluta de modo que cualquier salida de una problemática concreta, pero común a muchas personas, se haga desde un prisma exclusivamente individual, tendiendo de una forma descarada hacia la limosna, la caridad económica y moral.
Ha llegado el momento de poner pie en pared y llamar a las cosas por su nombre. Gentuza no es quien se ve abocado a solicitar una ayuda cuando su situación vital es absolutamente deshumanizadora; ni siquiera quien, aunque no sea lo más recomendable, ante una situación tan difícil -o con la clara intención de evitar ser explotado- utiliza subterfugios legales o ilegales para obtener una prestación y, de ese modo, seguir tirando (no conozco a ningún compañero de trabajo que quisiera cambiar su situación con la de un usuario de Renta cualquiera). Gentuza no es quien trabaja en economía sumergida para sacar adelante a su familia, o para obtener el dinero necesario para que no lo echen de la habitación que tiene alquilada junto a una veintena de personas más.
Gentuza es quien hace posible que miles de familias no tengan lo mínimo para desarrollar su vida con dignidad; gentuza es quien mira con recelo a quien nada tiene; gentuza son los banqueros que se llevan dinero público a espuertas, mucho más dinero del que pudieran imaginar robar en toda su vida los usuarios más fraudulentos de Renta Básica; y los políticos, que lo único que hacen por el bien común es jodernos “a granel”, sin distinción de raza, sexo o religión; y gentuza somos nosotros mismos, por miserables, por esperar que toda la ponzoña que nos rodea se disuelva por arte de magia, sin afectarnos mucho eso sí, porque nosotros sí somos buenos trabajadores, cumplidores y mejores consumidores (el aburguesamiento siempre ayuda a juzgar al vecino con la rectitud que jamás nos aplicaríamos a nosotros mismos... así somos, con un par de lo que tengamos!!)
Si fuésemos capaces (viendo mi entorno lo dudo) de alejar siquiera un poco nuestra vista de nosotros mismos -la clase trabajadora más establecida- y observáramos la trágica realidad capitalista que nos rodea, deberíamos llegar a la conclusión de que en el sistema actual, en el que se prima al poderoso y se aparta al empobrecido -constituido este último grupo por un número cada vez mayor de personas y que, ya hoy, no se circunscribe a grupos concretos con problemáticas concretas-, no nos queda nada por hacer más allá, que buscar cambiarlo por pura higiene social. Todo lo que se haga con las herramientas y/o principios capitalistas nos dará como resultado un esperpento que sólo dejará satisfecho, a quien espere obtener dinero de la gestión de la desgracia ajena.
Sólo el cambio del actual paradigma económico en el que el beneficio y el crecimiento económico lo impregnan todo, nos acercará a una realidad en la que conceptos como el de una Renta Básica de emancipación universal (en cuantía suficiente para romper las desiguales relaciones laborales existentes) o el reparto del trabajo y los recursos, conformen una base real sobre la que avanzar hacia una sociedad más igualitaria, libre y solidaria. Mientras sigamos poniendo en el centro de los debates el consumo, el poder adquisitivo, la inflación, el ibex, la prima de no sé quien, las subprime, la rentabilidad, lo "bien que viven los usuarios de renta", lo que mienten los moros, lo vagos que son los sudakas (lo incapaces que son todos menos nosotros mismos!!) .... seguiremos siendo un chollo para una clase dominante que hace mucho tiempo entendió que somos muy fáciles de contentar con algún eurico más al mes y, algún enemigo de fácil creación, de esos que nos muestran cada día alguno de los medios de desinformación masiva.
Y nosotros tan contentos, ¿o no?.
Colectivo Malatextos, 12-04-12
Efecto llamada
El párrafo anterior es una bufonada, nadie se la cree y cae por su propio peso. No es lógico renunciar a hacer bien las cosas en un territorio para evitar supuestos y peligrosos efectos llamada. No obstante, cuando se trata de personas más desfavorecidas, la lógica se invierte. No podemos tener una Renta Básica decente, que garantice un soporte económico muy mínimo cuando no queda otra salida. Tenemos que empeorarla y degradarla, dejar fuera a sectores de la población como las personas sin papeles, aumentar los requisitos,... Lo del efecto llamada es más que nada una proclama demagógica que trata de de alarmar a la población, azuzando sus prejuicios más rastreros, ante una eventual invasión de excluidos y pordioseras, para esconder lo que realmente practican, una política de y para el poder, en la que sobramos todas las demás, unos más que otros, donde sobra también el capital, que se acomoda mejor en Suiza. Dicen que la Renta Básica de Navarra es de las más altas del estado, lo que puede atraer a gente pobre a estas tierras, para cobrarla. Pero callan que en Navarra los precios son más altos, que los retrasos en el cobro son de órdago,... Todo ello supone un efecto huida, que pretenden agrandar con la recientemente reformada Renta Básica navarra.
Son políticas de Gobierno pero la que ostenta el cargo, quien debiera dar la cara, la Consejera, precisamente anda poniendo la suya para la realización de un costoso retrato, que artistas de Vesarte tratan de desbaratar ofreciendo otro más barato, gratis. Lo cierto es que con los 7000 € de la broma bien se podrían mejorar las cosas en su Departamento en general y en la renta básica en particular.
Siguiendo con lo pictórico, y es que la realidad a veces se muestra plagada de coincidencias, a cuadros me quedo, viendo el ídem que el Ayuntamiento de La Carolina (Jaen), ha regalado a Barcina (y esta lo ha aceptado), rememorando la batalla de las Navas de Tolosa y en el que se puede ver a tres navarricos dando una somanta a un moro. Además de la alegoría a la violencia y a la guerra que esta pintura representa, parece ser un aviso a navegantes: extranjeros, aquí para vosotros no hay renta, hay palos.
Así, mientras me planteo emigrar, presa de un fortísimo y tentador efecto llamada, a Islandia, donde se encarcela a corruptos y banqueros para mayor descanso de sus habitantes, procuraré, por el momento, acudir a todos los llamamientos que exijan mayor justicia social y mayor reparto de los recursos y de los trabajos. En efecto, llamada general a la movilización social.
Colectivo Malatextos 8-02-12
¡Aupa rojillos!!
A mi jefe no lo soporto. No he visto un tío tan cuadriculao en mi vida, y lo peor es, que a base de hacer la pelota y estar con los barandas de verdad, los que cortan el bacalao, el muy cateto se cree Onasis. En lo único que nos parecemos es en el móvil. Bueno, y en el coche, que el muy pringao tiene el mismo PASSAT que yo ¡ganando el doble!. ¡¡Si yo ganase el doble!!, anda que no iba a poder comprarme cosas buenas de verdad. Si es que al final, ganamos poco.
Eso sí, esto de la crisis me está trayendo de cabeza, más que nada porque llevamos dos años en los que de la boca del "cuadriculao" y de algún delegado sólo sale la palabra ERE. Que si es mejor bajar a currar, callar y no dar la nota; que cuidado con quien te juntas, que esos sólo son de andar en pancartas pero de trabajar poco; que son tiempos difíciles y que, mejor coger lo que te dan y gracias... Y la verdad, viendo a mi vecino no me extrañan estos consejos. Su empresa a "cascao" así que, a ver como se lo monta con la mujer en el paro y los dos críos. En realidad, no ha cerrado, sólo que no tienen carga de trabajo -han externalizado una parte a una subcontrata que le sale mejor económicamente a la empresa- y sobraban la mitad. Eso por jugar a la revolución: estuvieron 20 días de huelga y ¿para qué? ¿para que no echasen a los eventuales?¿para que no se destruyan puestos de trabajo? Hombre, ¡no me jodas!. Ya les advertimos cuando vinieron a pedirnos apoyo: al final iréis todos a la puta calle y sin la indemnización... No andábamos desencaminados. Como para ir de perro-flautas por la vida con historias de paros, huelgas, reparto de trabajo, y no se qué más. ¿Qué hay gente en el paro? Mala suerte, pero yo no les puedo ayudar. ¡Qué! ¿Me tengo que privar de comprar cosas, trabajando menos horas, para que trabajen todos? Muy bonito desde luego, pero en un cuento de los Hermanos Grimm.
No sé, de todas formas en cuanto pueda, en algún puente o así, me hago una escapadica a algún sitio. ¡¡Escapar, escapar, escapar!!. A olvidar el despertador, las prisas, el coche, el atasco, el curro, al "cuadriculao", el ERE, a mi vecino,... Menos mal que aunque el Ferrari de Alonso es una mierda, vamos quintos en la liga. ¡¡De algo tienen que servir los 250 europeos que me pulo en el abono!!
¡Qué reflexivo ando! No, esto tiene que ser del pedo que llevo. Espero no haber dicho nada en alto... El tipo de mi lado me mira raro... Ya he dicho algo en alto... ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Goooooool!!!!!!!!!!!! ¡Pónme otra que esto hay que celebrarlo!
Colectivo Malatextos 20-01-12
Caballo de Troya
La narcocracia es la autoridad, toda una autoridad en psicología de masas, que interviene hilando fino con espinosas fórmulas de control social, problema-reacción-solución es una de ellas, que brota en ruptura cuando se introduce la heroína, ya tenemos el problema que despunta en reacción cuando se fomenta la alarma en alianza con el aparato mediático, alarma que se convierte en demanda de más control policial que resulta represión y parece seguridad, la solución buscada por la administración que vela por los señores del mercado, retroalimentando al Estado en confianza social, que se consolida y fortalece.
Así las cosas, el narcomercado se comporta igual que el resto de los mercados llamados libres. Lo que escasea se encarece y lo que abunda se devalúa a lo gratis que ni se le mira el diente, tampoco al caballo. No es complicado pues intervenir el mercado, cuando es preciso meter jaco se persigue el negocio del hachís que escasea, el coste del costo se eleva y en la cumbre el pico, se autoriza la heroína y todo el monte es amapola en descenso imparable hasta el campo base, donde los yonquis se instalan en tiendas, ya han picado y sube el precio, la delincuencia, el trapicheo y la prostitución, es lo que está pasando en Grecia y es también la cárcel, también pasó por aquí, por la puerta de Alcalá Maco, que nos ha traído la mayor tasa de población reclusa de toda Europa con una de las menores tasas de criminalidad, mayores tasas de permanencia por delito que bajo el régimen franquista, como también el régimen FIES o los CIES para los guajiros sin papeles, Guantánamos donde los tratan como al perro que ya no caza mientras los de casa miramos para otro lado.
Lo que están haciendo y deshaciendo con los desgreciados helenos es para echarse a temblar. Porque nos resulta familiar, de cuando rompieron el cerco en los ochenta de revueltas ochentenas, revueltas de masas indomables hasta que colaron Troyanos por astilleros, pasaron los camellos por la aguja por doquier, madres que enterraron a sus hijos como si fuera ley de vida, el entierro de una clase obrera organizada y rebelde que nos ha dejado una herencia de risa, una pareja de traca, pareja de cómicos, el señor Cándido que hace honor a su nombre, con la UGT que no sabe ni por dónde anda ni desde cuándo, y el hidalgo señor Toxo, heredero de Fidalgo, familia política que controla Comisiones tiempo ha, familia política no lo olviden, bien avenida con la FAES. Judas en prebendas, estos claudicarán una vez más, invocando pelea con escopetas de feria, furia falsa de farsa que ya no hay quien la crea, pareja de cómicos cual Pajares y Esteso, los que gustan a la derecha de toda la vida, más solos que la una se van a quedar ahora porque el estallido social que temen ya no hay ya quien lo detenga, con tanto paro y miseria in crescendo, con tanta familia desahuciada, los banqueros embargados de emoción y sus esposas montando rastrillos solidarios por Navidad. ¿Rastrillos por qué? Porque se aburren.
Atrás quedó pues la Navidad, fechas señaladas donde las haya en las que expresamos nuestros mejores deseos para el año venidero, deseos que esta vez tenemos por seguro que no se van a cumplir. Dinero poco, tampoco salud, con la sanidad que nos viene. Nos queda el amor, que es cosa de pobres. Nuestras espaldas de Damocles ya no soportan la carga y parda se va a liar. Todo lo que está pasando desde las faraónicas revueltas de Egipto evidencia un contexto prerrevolucionario global. Arriba las que luchan, que no nos cuelen el Caballo de Troya.